miércoles, 18 de agosto de 2010

La intransigencia "agigantada"

Vergüenza es lo que sentimos en este momento frente a los intansigentes que siguen defendiendo lo indefendible: La dictadura cubana
Pero más grave: No dejan expresar a nadie que opine diferente. Este es el país con "una gran educación" que están fomentando los secuaces del gobierno progresista.
Y esta es la "imagen" que queremos que salga al exterior.
Vergüenza

"Sé que Fidel Castro no me va a dejar descansar"Fidel Castro "no me va a dejar descansar", aseguró hoy a la AFP la médica disidente Hilda Molina, luego que dos personas la increparan cuando presentaba un libro con sus memorias en el que critica duramente al gobierno de Cuba.
"Yo sé que hasta mi último aliento voy a tener detrás de mí a Fidel Castro, sus prolongaciones, sus metástasis y hasta sus fantasmas. No me va a dejar descansar", dijo Molina, que lanzó en Montevideo "Mi Verdad, de la Revolución Cubana al desencanto, la historia de una luchadora", cuatro meses después que militantes del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba le impidieran -en medio de insultos- presentar el libro en Buenos Aires.
Bajo la consigna "Con Cuba siempre", una docena de militantes de la Comisión Nacional de Organizaciones Sociales del Uruguay (CONOSUR) se reunió el miércoles con pancartas y banderas cubanas frente al teatro donde se desarrolló la presentación, en repudio a la visita de Molina.
Durante la presentación, un hombre interrumpió brevemente la charla acusando de "traidora" a la disidente, mientras que otra mujer le increpó: "¿por qué no dijo nada?".
"Yo le dije a todos los que me dijeron que en Uruguay no sucedía esto, que conmigo iba a suceder. Detrás de esto está Fidel Castro, que no soporta que yo haya escrito el libro y que el libro esté diciendo lo que dice", dijo la médica, radicada en Argentina desde que dejó Cuba en junio de 2009 para reunirse con su madre enferma de 90 años, hijo y nietos argentinos, tras esperar 15 años el permiso para salir de la isla.
Neurocirujano de profesión, esta ex miliciana de 67 años se convirtió en férrea opositora al régimen comunista tras renunciar en 1994 a la dirección del Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) que ella misma había fundado, por diferencias con el régimen. El gobierno de Fidel Castro aseguró que fue destituida bajo acusación de querer apropiarse de la institución en caso de caída del socialismo.
"Ninguna de las personas que me critican, me insultan y gritan consignas van a querer a este proceso como yo lo quise", aseguró esta mujer menuda que sin levantar jamás el tono de voz no duda en afirmar que Fidel Castro "se siente Alejandro Magno" y que es "una persona con un gran carisma, de una inteligencia superior, pero sin alma".
En una charla de más de una hora, Molina relató cómo fue seducida por las ideas de la revolución cubana a los 15 años, su decisión de volcar su vida a la militancia, su época de miliciana y su orgullo de haber sido alfabetizadora.
Pero también recordó cómo le molestaba "la violencia verbal, la violencia física, el irrespeto" por el que pensaba diferente, las políticas "dirigidas a desbaratar la familia" o su desencanto tras participar en una misión humanitaria en Argelia.
"No creo que esas misiones deban servir para apoyar financieramente a una dictadura", cuestionó, opinando que "los excelentes médicos cubanos dejan su vida en esas misiones y le dan rédito político al gobierno".
En el marco de diferencias sobre la atención de pacientes cubanos y extranjeros en el centro que dirigía, Molina renunció al mismo, lo que le valió ser acusada automáticamente de "contrarrevolucionaria y apátrida", recordó.
"Aquello a lo que yo le había dado mi vida se había convertido en un engendro (...) que reunía lo peor del capitalismo salvaje y lo peor del estalinismo", indicó.
Pese a su desencanto, Molina asegura que quiere volver a su país y ejercer allí la medicina.
"Hemos puesto el destino nuestro en las manos de Dios", dijo a la AFP. "Nosotros queremos regresar a Cuba y yo quiero volver a ejercer la medicina en Cuba. No se qué nos deparará la vida, pero mi propósito es vivir en Cuba".
"No quiero que sepan lo que yo, Hilda Molina, sufrí. Quiero que sepan lo que sufre cualquier ser humano en un sistema" como el cubano, enfatizó.
AFP
El País Digital

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