Qué difícil se le está haciendo al Presidente Mujica enderezar los entuertos del gobierno anterior, sin decir que recibió una “herencia maldita”.
Uno de los temas que generó el primer encontronazo público entre Mujica y Vázquez fueron los cambios que el gobierno analiza realizar a la legislación antitabaco. El ex presidente se manifestó en contra de modificaciones que trascendieron. Entonce quedaron en suspenso los cambios que se preparaban y obligó a aclaraciones del gobierno de que se seguirá con la política antitabaco de Vázquez. En aquí donde nos preguntamos: ¿quién manda? ¿quién es a quien lo mandan para afrontar las consecuencias?
La seguridad pública, la vivienda y la reforma del Estado son tres de los grandes temas que el gobierno prioriza, y en los que cree se debe invertir y tomar medidas de fondo. Y esto si que ha sido una herencia maldita. Pensemos, nada más, en los Ministros del Interior de la administración anterior.
Para dirigir las políticas de seguridad ciudadana, Vázquez eligió a dos dirigentes socialistas, primero a José Díaz y luego a Daisy Tourné, quienes se retiraron con más pena que gloria.
Tras salidas de tono de Tourné que determinaron que abandonara el Ministerio en medio de duras críticas de la oposición, los últimos meses de la administración pasada fue Jorge Bruni quien ejerció ese cargo.
Pero lo que preocupa es que la influencia y las presiones del anterior Presidente no cesan y las actuales autoridades no tienen ideas ni toman iniciativas que permitan decir que se puede salir adelante en los temas más importantes.
Creemos que nos espera un futuro negro e incierto.
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