Otro paso adelante en la prepotencia de los argentinos. Cuando, ingenuamente, creíamos que las relaciones con nuestros “hermanos” habrían de mejorarse, ahora hay buques de la armada del país vecino que "acosan" a barcos uruguayos en aguas internacionales del Atlántico Sur.
En la historia rioplatense estas actitudes de la armada argentina tienen antecedentes, en especial los ocurridos antes de los años setenta, en la época de la indivisión del Plata. Esa fuerza militar, basada en un nacionalismo intransigente y expansivo, fue la que más se opuso al tratado de 1973 que reconoció la soberanía oriental sobre la mitad del río.
Con una “candidez” digna del menos entendido, nuestro Canciller dijo que las tratativas por el monitoreo del Río Uruguay estaban encaminadas, pero no dijo de que manera.
Por eso preocupa que cuando puede vislumbrarse la luz al final del túnel, se dispare otro tema que, en circunstancias de relaciones normales entre ambos países sería menor, pero que en las actuales puede convertirse en nuevo elemento de irritación: los buques nacionales que parten desde el puerto de Montevideo rumbo al Sur -particularmente hacia Puerto Stanley en las islas Malvinas- o viceversa, son interceptado por la armada argentina y sometidos, sin cortar la navegación y sin abordar, a interrogatorios o controles pese a desplazarse en aguas de uso común. El caso del pequeño porta contenedores "Anja", interceptado en las cercanías del Banco Inglés fue el que tuvo repercusión a nivel parlamentario, aunque habría otros más. El origen es el decreto 256 del gobierno argentino que decidió acentuar el control de los buques por el inicio británico de la exploración petrolífera en aguas cercanas a las Malvinas, donde parece que el yacimiento es extremadamente grande (se habla de 60.000 millones de barriles y el contexto, para calibrar esa cifra, dice que las reservas del Reino Unido son de 3.600 millones, mientras que las de Argentina alcanzan a 2.600 millones).
¿Y que ha hecho nuestro Gobierno?
Deberíamos ver a un Uruguay con presencia en la zona, a través de su Armada y la aviación naval. Ojo que aquí no hay patrioterismo: el concepto de soberanía, como lo entendemos nosotros, no es luchar contra alguien, sino volcar todos los esfuerzos para preservar los recursos que son nuestros. Y eso es lo que debemos defender.
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