lunes, 1 de noviembre de 2010

Carta abierta a la familia de Fabricio Amarelle

Recibimos y publicamos
CARTA ABIERTA A LA FAMILIA DE FABRICIO AMARELLE
Prof. Eustaquio Gadea Díaz.


Recogemos en esta tribuna la carta que hizo llegar a la redacción de Correo de los Viernes el Prof. Eustaquio Gadea Díaz.
Breve paralelismo entre lo ocurrido en el Uruguay de la década del 60 y el Uruguay 2010. Desde el 6 hasta el 24 de enero de 1961 visitamos Cuba donde, conversamos con Fidel Castro, Armando Hart Dávalos, ministro de educación, Ernesto Guevara Linch de la Serna, alias El Che, Miguel Ángel Quevedo, director de la revista Bohemia, el Cap. Juan Almeyda y, un sinnúmero de cubanos y cubanas.
En la madrugada del 24 de enero, cuando nos despedíamos en el Habana Libre, ex Habana Hilton, Fidel nos entregó en manos propias el Manual de Orden Abierto para hacer la Guerra de Guerrilla en el Uruguay. Mientras nos entregaba el libro nos dijo: “Ustedes en su país tienen que hacer una revolución. Yo recuerdo cuando visité el Uruguay, era el tiempo de las inundaciones, vi desde el helicóptero en que recorrí la campaña, que ustedes tienen terrenos especiales para hacer la guerra de guerrillas”. “Tienen que terminar con el imperialismo que los explota”. Con poco más de treinta años, no dábamos crédito a lo que oíamos.
El Uruguay en aquel entonces, tenía un gobierno colegiado de nueve miembros. El 1/03/959 se había instalado el nuevo gobierno colegiado con seis blancos y tres colorados. El Dr. Castro había visitado Uruguay en abril del 59, y por lo tanto, sabía qué clase de gobierno tenía la nación. Por lo tanto, solo cabía pensar que incitaba a la guerra, a matarse entre hermanos en un país democrático de puro hipócrita nomás.
El 1º de mayo de 1962, se realizo la primera marcha cañero con el lema: “Por la tierra y con Sendic”. Quince meses después, el 31 de julio de 1963, los tupamaros, asaltaron y robaron las armas del Tiro Suizo de Nueva Helvecia. Cinco meses más tarde, 1/01/964, asaltan la aduana de Bella Unión donde roban 11 fusiles y 8 bayonetas. El 5/01/64 asalta una armería de la calle Galicia donde roban armas. El 2/04/64 llega a la capital la segunda marcha cañera, con la consigna: “Por la tierra y con Sendic”. Hay un intento de asalto a un banco y la policía detiene al hoy presidente uruguayo. El 25/04/64 asaltan la Compañía Nacional de Cemento donde roban 540 kilos de explosivos. Se podría decir que fue el comienzo del terrorismo tupa y que ningún integrante progresista recuerda.
En el Uruguay no había dictadura. La dictadura vino a causa del accionar tupa. Los mismos que nos gobiernan. En aquel entonces eran delincuentes. Bajo un gobierno de izquierda y tupa, se repite lo mismo de la década del sesenta. Asaltos, asesinatos, robos, secuestros, ahora le llaman exprés.
La juventud no lo sabe, porque todo esto se ha ocultado cuidadosamente para hacerle creer que los tupas y la izquierda combatieron la dictadura militar. Es al revés, si ellos no hubieran cometido tantos delitos, los militares no habrían aparecido. A fin de que la juventud sepa quiénes fueron los señores: Marenales, Mujica, Huidobro, Zabalza, Bonomi, Topolansky, etc. sería bueno que la prensa publicara que: el 7/10/68 los tupas asaltaron un banco de plaza llevándose 400 mil dólares.
El 29/11/68 asaltaron el Casino Carraso y se alzaron con 300 mil dólares. El 18/02/69 asaltaron el Casino San Rafael de donde se llevaron 55 millones de pesos. El 13/11/70 asaltaron la Caja Nacional de Prestamos Pignoraticios de donde se llevaron 100 mil dólares. Todo esto ocurría, en un gobierno democrático. Cansado de tantos latrocinios, el 9/09/71 el entonces presidente constitucional Pacheco Areco, firma el decreto 566/71 dándole intervención al ejército para combatir la guerrilla. Igual pasaron dos años antes que viniera la dictadura que ellos trajeron. Que a los militares se les fue la mano;; es cierto, pero a no quejarse de lo que ellos provocaron. Por último, para no cansar a los posibles lectores: ¿Qué paso con los 350 mil Euros que se perdieron del Banco República?
Señora Tía de Fabricio, la vimos por televisión diciendo: “A vos, Mujica: hace justicia o la tenderemos que hacer nosotros”. Señora tía, vecina, vecino;; ¿usted cree que personas que secuestraron y torturaron compatriotas, que asesinaron uruguayos por la espalda, que asaltaron y robaron bancos y comercios, pueden acabar con esta ola de violencia y hacer justicia? Pregúntese, si no la estarán fomentando, enseñando a otros como se hace lo que ellos hicieron antes. No nos crea, analice, razone, piense y, díganos, si estamos tan errados.
Es cierto que no soy abogado, solo un profesor jubilado que enseño física y mecánica. Quizás por eso no entiendo tantas idas y venidas de la ley de caducidad. Hace más de veinte años, la S.C.J. declaro que la Ley era constitucional. Para afirmarla más, el Pueblo la confirmó. Veinte años después otra S.C.J., con otros hombres, declara lo contrario: que es inconstitucional. ¿Quién entiende a los abogados y jueces? Un día se dice que es una cosa y a la semana otra. Por lo menos;; debería existir respeto entre sus pares. Por dos veces el Pueblo se pronuncia y mantiene la ley. ¿Qué credenciales pueden exhibir estos señores electos por una parte del Pueblo, capaz que los echa el próximo periodo, para querer borrar lo que el Pueblo firmó? Como lego uno se pregunta: ¿aquello de vox populi vox Dei no tiene valor? Si quieren a derogar leyes;; ¿por qué no derogan la Ley de Gravedad, y así, cuando alguien se cae de un cuarto o un quinto piso no se mata? ¿Por qué no derogan la Ley de Inercia, así cuando uno viaja en ómnibus y el conductor frena bruscamente, el pasajero no termina saliendo por el parabrisas? Evidentemente, las únicas leyes que se cumplen siempre, son las leyes naturales;; las hechas por el hombre son como goma de mascar, como chicle, puede suceder cualquier cosa. Si volviera Enrique Santos Discépolo, hace una comedia con la actuación de este Parlamento. “Que falta de respeto, que atropello a la razón, cualquiera es un señor, cualquier es…”


Prof. Eustaquio Gadea Díaz.

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