miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Y la oposición?, otra vez

Con este mismo título publicamos un post el día 29/06/2010. En el mismo no hacíamos más que transcribir un artículo del diario El País de esa fecha, donde se relataban los fracasos del actual gobierno transcurridos cien días de mandato.
El 02/11/2010, nos encontramos con un artículo publicado en el mismo diario con la firma de la Sra. María Julia Pou. No sabemos si por casualidad o queriendo dar respuesta al reclamo de quienes no votamos al actual gobierno, establece una serie de afirmaciones que, la verdad, nos parecen de una gran ingenuidad, más si se tiene en cuenta quienes son los que ejercen el poder. Pero, además, no hemos visto más que acercamientos al actual Presidente y, sobre todo de parte de integrantes del Partido Nacional. ¿O acaso no fueron todos los Intendentes que manifestaron estar de acuerdo con el mamarracho de los “coordinadores zonales”? ¿Y frente a la ingerencia de Argentina en el tratamiento de UPM? El tema de la seguridad, que nos afecta a todos, la oposición ¿no tiene otra arma que el pedido de informes?
Y con respecto a la situación del Dr. Fernández y su señora esposa. ¿La oposición también se conformó con un pedido de informes? y dejó pasar con que "no pasó nada" ¿Y el apoyo del doctor Larrañaga a la modificación del secreto bancario acompañando las mentiras del gobierno?
Y está claro que, por muchos pedidos de informe que se hagan, no los van a responder. Esa es la falta de respeto que se está ganando la oposición


¿Y la oposición?
María Julia Pou
En variadas circunstancias, publicaciones, audiciones radiales y programas televisivos nos encontramos con la pregunta del título de hoy. La respuesta sería bastante obvia si no fuera que por la frecuencia del interrogante que hace parezca complicada. Empecemos por recordar que la oposición tiene sus representantes electos en el Parlamento, Entes Autónomos y Servicios Descentralizados.
Es decir, desde allí la oposición controla a la administración, propone aquello que entiende beneficioso para el país siguiendo la filosofía que se pregonaba en tiempos electorales, e intenta interpretar a quienes los votaron.
Los instrumentos de la oposición a nivel parlamentario son bien conocidos: llamado a sala a los ministros, convocarlos a la comisión del parlamento que tiene competencia en el tema que los ocupa, y cuando la circunstancia lo amerita proceder a interpelar al ocupante de la cartera. Frente a estos mecanismos de control el gobierno procede de distintas formas según lo considere conveniente. Es buen momento para refrescar la memoria de quienes buscan a los oponentes recordar que los pedidos de informes no siempre tienen su respuesta. Días pasados en este mismo diario leíamos que están sin responder una inmensa mayoría de los requerimientos de los legisladores acerca de las más variadas materias sin que esta situación provoque la correspondiente pregunta; es decir, ¿dónde esta el gobierno?
Y en tiempos presupuestales la tarea de la oposición se vuelve más intensa: inquirir cómo se gastan los recursos, verificar si las prioridades que el propio gobierno ha venido marcando se traducen en mayores recursos para la tarea pertinente, muchas veces ser portadores de las voces de grupos de ciudadanos que recurren a la comisión de Presupuesto a plantear sus aspiraciones. Y en cuanto a los temas más candentes y actuales -por ejemplo, la ley interpretativa de la ley de Caducidad- también allí la oposición se muestra consecuente con lo que ha pregonado desde siempre: la voluntad popular expresada en tres oportunidades es la única voz que se debe escuchar. No ha sido esta la expresión del oficialismo que en esta materia no presenta la unanimidad que los opositores pueden exhibir.
También en un tema tan angustiante como el de la inseguridad se notan las idas y venidas de los responsables del gobierno en la materia -que hay que armarse, que mejor no, que si se guardan los antecedentes de los menores infractores, que si es una forma de discriminarlos- frente a una oposición que está permanentemente reclamando soluciones y proponiendo caminos de salida. En las democracias la legitimidad de origen en el ejercicio del poder es un dato esencial pero el ser fiel al mandato recibido no es una contingencia sino parte de su naturaleza y de lo que le da credibilidad y fortaleza al sistema. Por eso hoy nos animamos a decir que la oposición está donde la gente -votando- quiso que estuviera, en ámbitos donde hay una mayoría absoluta que decide y la oposición opina, pregunta, critica, aporta ideas y finalmente acata lo que la mayoría resuelve. Así funciona la democracia… para la oposición.
El País Digital

1 comentario:

La Ciudadana dijo...

Julita me parece que está un poco en las nubes, habría que bajarla a la tierra y que escuche lo que la gente está diciendo...