Extraído y resumido de lo publicado en “Correo de los viernes”
Valenti, para quienes no lo saben, era un aguerrido dirigente de la Unión de Juventudes Comunistas (UJC) que, desde la gremial de estudiantes de Educación Secundaria, atizaba las violentas manifestaciones que —vaya paradoja— dieron pie (la excusa, pensará Valenti) para que el gobierno de Pacheco decretara medidas prontas de seguridad con los fundamentos hoy esgrimidos por Valenti.
Hoy la emprende contra al alcalde de La Paloma por encabezar un movimiento de resistencia a las obras viales que permitirán el tránsito de troncos hacia el puerto ubicado en esa localidad.
Dice allí Valenti:
“¿Van a decidir las autoridades constituidas, o nos vamos a dejar atropellar por un grupo de piqueteros comandados por un alcalde? Ese es el asunto. Lo demás es accesorio. (...)
Los que tienen la responsabilidad asumirán las consecuencias, las responsabilidades y las tareas derivadas. Así funciona un país serio donde rige la ley y las instituciones y ningún prepotente invocando su saber y entender está por encima de la ley. (...)
Lo cierto es que en este episodio nos jugamos si vamos a permitir que en Uruguay los piqueteros mentales tengan un espacio, o va a regir la ley y el sentido nacional. Caminos para debatir, discutir y oponerse sobran en el Uruguay.
Lo que nos jugamos es si algunas decenas o más (...) puede impedir algo mediante la fuerza física. Porque los piquetes no son recursos legales, no son presentaciones ante ninguna autoridad judicial, sino simplemente un obstáculo físico que pretende impedir que se cumplan decisiones adoptadas por las autoridades correspondientes, ministros, intendente, etc.”
Sospechamos, empero, que Valenti no tuvo en cuenta que la tesis que sostiene en su columna (que nadie tiene derecho a impedir, por fuera de los canales institucionales, que se ejecuten las políticas adoptadas por las autoridades legítimamente constituidas) no es otra que la mismísima tesis que el gobierno de Jorge Pacheco Areco esgrimía para sustentar varias de las medidas prontas de seguridad que adoptó. La pluma del entonces Secretario de la Presidencia, Dr. Héctor Giorgi, le daba brillo jurídico a tales conceptos, pero en esencia eran exactamente los mismos que expone hoy Esteban Valenti en su columna.
En aquel entonces, Valenti era un aguerrido dirigente de la Unión de Juventudes Comunistas (UJC) que, desde la gremial de estudiantes de Educación Secundaria, atizaba las violentas manifestaciones que —vaya paradoja— dieron pie (la excusa, pensará Valenti) para que el gobierno de Pacheco decretara medidas prontas de seguridad con los fundamentos hoy esgrimidos por Valenti.
Sigue muy bien la doctrina del Sr. Presidente: "Como te digo una cosa, te digo la otra"
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