viernes, 24 de agosto de 2012

Justicia o Venganza

Extraído del "Correo de los viernes"

Por Jorge Ciasullo

El Tribunal de Apelaciones, revocó el procesamiento de los militares Walter Gulla y Enrique Rivero. Los nombrados, habían sido condenados en Julio de 2011 a solicitud de la entonces Fiscal Penal Mirtha Guianze, por el “homicidio” del tupamaro Horacio Ramos ocurrido en 1981. Gulla, que dirigía el penal de Libertad en ese momento, fue encarcelado como coautor de un delito de homicidio “muy especialmente agravado” y Rivero por “encubrimiento” Ramos, fue encontrado muerto en su celda en lo que entonces se atribuyó a suicidio por ahorcamiento. El tribunal de Apelaciones, realizada la reconstrucción de los hechos, entendió, contrariamente a lo que sostuvo la fiscal Guianze, que efectivamente Ramos se había suicidado. Además de la reconstrucción realizada de la cual surgió que era posible que Ramos se colgara en su celda, se valoró especialmente la declaración del guarda cárcel que encontró el cadáver el 30 de junio de 1981.
También, el 31 de Julio el Tribunal de Apelaciones de 4º Turno, revocó el auto de procesamiento del General Gregorio Álvarez, acusado de haber dado la orden de dejar de asistir al militante tupamaro Roberto Luzardo que se encontraba internado y herido en el Hospital Militar. El Tribunal, señaló que no quedó probado en la investigación judicial realizada, que el General Álvarez hubiera dado dicha orden, como lo afirmó el juez en el auto de procesamiento.
Por último el ex secretario de la Presidencia en el Gobierno de Tabaré Vázquez, Gonzalo Fernández y el Ministro de Defensa Nacional Eleuterio Fernández Huidobro, cuestionaron el procesamiento del militar Juan Carlos Gómez por el caso de la muerte del militante tupamaro Roberto Gomensoro. Según el Ministro de Defensa luego de “muchos meses de investigación con mi equipo” llegué a la conclusión que Gomensoro no murió en el cuartel de Paso de los Toros como sostuvo la jueza, sino en el Batallón o Grupo de Artillería No 1 en La Paloma. Y, por tanto, el militar Juan Carlos Gómez: “ está en la cárcel por algo en lo que no nada tuvo que ver .”
Estas decisiones judiciales nos provocan esperanzas, en el sentido que nuestros fiscales y jueces investiguen y dicten sus sentencias con la debida imparcialidad y equilibrio fundamentalmente, en lo relacionado con causas vinculadas con lo derechos humanos, por hechos ocurridos durante la dictadura militar. Es que ahora, derogada la Ley de Caducidad desconociendo dos claros pronunciamientos del soberano, hay luz verde para investigar delitos cometidos en la dictadura, por eso, los jueces y fiscales deben trabajar desapasionadamente.
Es en este punto donde nos surgen temores y dudas, cuando personas como la ex fiscal Guianze, hoy integrante del Instituto de Derechos Humanos, que calificó la revocación de la condena de Gulla y Rivero como “no fundada”, son las encargadas de administrar justicia.
La Fiscal Guianze de conocida militancia izquierdista radical, protagonizó algunos episodios demostrativos de su personalidad. En una oportunidad insultó soezmente a un Presidente de la República electo democráticamente. El propio mandatario, no quiso radicar la denuncia que correspondía para evitar su procesamiento.
Luego, no se excusó de participar en un proceso a un militar, que había participado en la detención de su esposo, integrante del MLN, procesado y encarcelado en 1972 por asociación para delinquir. Más recientemente, en ocasión de sufrir un hurto en su vivienda mientras descansaba, negoció con los delincuentes, devolviéndoles un par de zapatos deportivos contra la restitución de dos teléfonos celulares de escaso valor, dando un ejemplo, en su caso y por su función, francamente lamentable.
La Señora Mirtha Guianze en su conducta personal y funcional no ha dado muestras de ser capaz de realizar, como debe ser, un razonamiento desapasionado, equilibrado, cuidadoso, paciente y lógico que den garantías de su administración de justicia
Se aplica en este caso aquello de “En la venganza como en el amor la mujer es más bárbara que el hombre” (Friedich Nietzche).
En definitiva parecería que el hecho se revoquen sentencias por lo menos dudosas o que una jueza procese a militares en base a declaraciones de un solo testigo, son indicativas que hay vientos de cambios en nuestra justicia y vamos por el camino en el cual los ciudadanos podamos, nuevamente, confiar plenamente en ella y en sus administradores.





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