sábado, 18 de febrero de 2012

LA "JUSTICIA" EN EL URUGUAY

Con estos señores Jueces estamos "a salvo", dicen los ladrones y asesinos. Transcribimos lo aparecido en El País de hoy

Dejarse robar


Julia Rodríguez Larreta
Da para pensar, el mensaje que acaba de enviarle a la población el Juez Juvenal Javier y para entender como algunos magistrados interpretan las leyes, vale la pena imaginar algunas situaciones.
Si dos ladrones entran en su propiedad y están robando su automóvil, hay que quedarse en casa y llamar por teléfono, sigilosamente, a la policía. Es muy probable que para cuando ésta llegue a su casa, los chorros habrán logrado "hacer el puente" y ya le habrán sustraído su medio de locomoción o de trabajo.
¿Porqué decimos esto? Muy simple. Supongamos que es de noche y usted escucha ruidos en su jardín y ve dos sombras que se meten en su camioneta, que tanto esfuerzo le costó comprar. ¡Una parte del precio todavía se la debe a su hermano, o al banco! Sin pensarlo mucho, sale de su casa y enfrenta a los ladrones. ¿Qué puede suceder?
I-Que éstos se bajen de su coche y le den nada más que una buena paliza y alguna contusión y después se alcen con su vehículo.
II- Le rompan la nariz y algunos dientes, lo pateen y además se lleven el coche.
III- Que luego de golpearlo lo metan en su casa, se apropien de su dinero y otras cosas de valor. Si alguien más se encuentra en su casa, por ejemplo, su mujer e hija adolescente, la cosa puede ser peor.
IV- Que huyan como vinieron, en su auto. No en el suyo, ya que en esta feliz hipótesis, no lo alcanzaron a arrancar. Se marcharán en el que habían robado antes y estaba estacionado en la vereda.
V- Que le peguen un tiro o varios.
Estas son algunas de las cosas que le pueden pasar a la víctima de un robo que enfrenta a ladrones, sin estar armado. Entonces ¿no es conveniente armarse y de esa forma defender su propiedad? Por varias razones, esto tampoco es aconsejable. Si el dueño se planta en frente de los forajidos y les dice: "Arriba las manos" puede recibir a cambio un balazo de quienes hasta ese momento, se esmeraban en arrancar o del "campana", escondido entre los arbustos, que lo estaba observando.
La otra podría ser que el ladrón más avezado se le ría y le diga "déjate de jo… con ese revólver, que si lo usas, vas vos en cana" y en vez de quedar amedrentados, le exigirán las llaves del rodado. ¿Qué hacer en los pocos segundos que tiene el vecino para decidir sobre cómo resolver su peligrosa situación?
En la confusión, nervioso, con miedo y o con mucha rabia - ya lo habrían robado varias veces y sabe de la sangrienta crónica roja- acaba apretando el gatillo sobre uno de los ladrones, que muere. A éste no le encuentran un arma encima aparte de un destornillador con el que estaba "trabajando". Su cómplice huye. Por lo tanto, la justicia presume que los rapiñeros no presentaban un peligro para el vecino y la víctima del intento del robo termina preso.
Para los impotentes ciudadanos, la impresión es que no hay protección legal para la víctima que trata de defender sus bienes. Solo podría disparar contra el presunto ladrón, en "legítima defensa". Preferentemente luego de ser herido o golpeado. Adelantarse al delincuente, aunque éste se encuentre en su propiedad, no corresponde. Si intenta defenderse y balea al intruso, aun dentro de su propiedad, dependiendo del juez, no si sabe si no lo mandan a la cárcel. Si acaso, mejor dejarse robar o algo peor, del momento que la delincuencia está completamente ensoberbecida.
El Juez Juvenal, que rápidamente dispuso la prisión para el suizo por matar a un ladrón de frondoso prontuario,- cuya actuación muy posiblemente haya estado conectada con la inseguridad reinante- es el mismo que el año pasado puso en libertad a un menor apodado El Pelón, a pesar de estar en conocimiento de que el joven de 17 años había cometido 2 asesinatos por haber intervenido en ambas causas. A resultas de ello, tres días más tarde, un decente repartidor de cigarrillos perdió la vida a manos de ese homicida que andaba suelto. Para justificarse, Juvenal argumentó que no había podido dictar sentencia antes de los 60 días, como demandaba la ley, porque el INAU no le había enviado un informe. Entonces, simplemente decretó su libertad. Ante semejante caso, la SCJ ordenó investigar, pero mientras tanto, el Sr. Juez ha seguido en funciones. Entre los argumentos manejados para dictar la prisión del suizo se dijo que no era un caso de legítima defensa, entre otras cosas porque el abatido no estaba armado, (no se sabe de su cómplice, pues fugó) aunque como lo hace notar el reconocido catedrático Miguel Langón, ese criterio no está establecido en la ley y no es un principio que se pueda plantear. Si lo está que queda exento de pena quien impide un daño. Más allá de que la defensa del hogar esté prevista en el código, la subjetividad del magistrado incide notoriamente.

El País Digital

1 comentario:

La Ciudadana dijo...

Y si, el gobierno da determinadas señales, las mismas señales, la da la justicia, así que no podemos asombrarnos ante semejante burrada judicial, no será la primera, tampoco será la última.

Te acordás del óptico que mató al delincuente y primero se dictaminó defensa propia y luego homicidio?

Estos que nos gobiernan e imparten justicia, se piensan que los chorros no leen...