Imperdonable ausencia del transporte en el temporal
Por más que el locuaz prosecretario de la Presidencia, el Dr. Diego Cánepa, dijo que “sólo por una hora no hubo transporte” el día del temporal, los montevideanos se quedaron a pie durante casi cuatro horas, al ritmo de la improvisación municipal y gubernamental.
Cuando arreciaba el temporal sobre la capital, desde la IMM, se dio la orden de que las unidades de transporte dejaran de circular, al mismo tiempo que las oficinas públicas, los grandes centros comerciales y los comercios en general, liberaban a su personal.
Como consecuencia de esa tan apresurada como impensada disposición, los trabajadores debieron permanecer horas a la intemperie, hasta que alguien más sensato emitió la contra orden.
Cánepa reconoció que eso fue un error, pero en medio de una desmesurada “batida de parche” en la que hizo el autoelogio del sistema nacional de emergencias, que está bajo su directa dependencia. Según el Prosecretario, todo anduvo muy bien y las respuestas fueron las adecuadas.
Eso sí, la gente se quedó sin ómnibus en medio del temporal más duro en muchos años y más anunciado, ya que desde el día anterior se habían dado las alertas correspondientes.
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