sábado, 28 de enero de 2012

VAZQUEZ Y SU ESTILO PERONISTA

Brillante lo escrito por Javier García

El padre de la criatura





JAVIER GARCÍA
La Educación y ASSE son la prueba del fracaso del modelo de gestión de Tabaré Vázquez. En esos ámbitos se incluyó a los delegados sindicales al grado de tener el poder real de la conducción allí, tienen la fuerza necesaria para hacer y en caso contrario la indispensable para trancar. Los representantes de la soberanía, los que tienen el respaldo verdadero de la gente no tienen poder real y como algunos procedían del propio ámbito sindical en verdad estaban subordinados a sus gremios de origen aunque estuvieran en los órganos en representación del gobierno. Entraban por la política pero reportaban al sindicato. Es obra de Vázquez que decidió implantar un modelo peronista otorgando espacios políticos a los gremios y dándoles poder y manejo de recursos abundantes.
Esos dos ámbitos fueron entregados a la gestión sindical, a la que los delegados políticos del gobierno acompañaban sumisamente, y en una tercera área, la seguridad, por tener otra estructura institucional, allí impulsó la sindicalización policial que hoy es un serio problema con denuncias de sabotajes y acusaciones entre autoridades y gremio en plena ola de inseguridad.
El modelo peronista de Vázquez estaba destinado a asegurar la permanencia de su liderazgo repartiendo poder entre la política y los gremios. Quédense con la torta grande de la educación y la salud y a mí déjenme tranquilo, fue el acuerdo implícito. Dejarlo a él tranquilo era entregar, entre otras cosas, dos cajas que sumadas superan el manejo de 2.500 millones de dólares anuales y un inmenso poder político. Este invento funcionó durante décadas en Argentina, y aún funciona, y es emporio de la corrupción y la dilapidación de dineros públicos.
Pero además implica una contradicción insalvable, o se está en el sindicato o se está en el gobierno, porque las dos cosas el mismo tiempo no pueden ser. Por definición los sindicatos están para defender los intereses de los trabajadores frente a sus empleadores, entre ellos el Estado. Si el sindicato está en el gobierno una de dos: o no es sindicato o no hay democracia, porque las dos cosas son imposibles. La democracia es el gobierno electo por la gente y el gobierno de los sindicatos es fascismo corporativo.
Sumado a la seguridad, de las peores gestiones en estos años fueron en educación y ASSE, donde impera el modelo Vázquez. En ésta última, Mujica ya destituyó a los dos representantes del Poder Ejecutivo, y no lo hace con el delegado sindical y el de usuarios porque no puede. Que mande el proyecto para elegirlos por voto si se anima a romper en serio con esa rosca.
Se impone desmontar esto y hacer caer esta estructura corporativa de poder político y económico. El aparato del FA se resiste a enmendarle la plana a Vázquez y además este esquema les garantiza mantener el poder en la educación y la salud aún siendo oposición en el futuro.
A pocas horas de los acuerdos con la oposición Mujica empieza a dar marcha atrás y dudar de lo que acordó. Como enseñó Artigas es muy veleidosa la probidad de los hombres, solo la seguridad del contrato es garantía y aquí no lo hay. No se puede acordar con quien no puede cumplir.
Mujica aparenta distinto y lo único distinto en verdad es que no lidera el partido que integra. El aparato del FA mira a Vázquez, porque sabe, como todos, que Mujica "reina pero no gobierna". Como no va a cumplir, no hay más que hablar.
La Educación y ASSE son obra de Vázquez que decidió implantar un modelo peronista.

El País Digital

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