lunes, 31 de mayo de 2010

LA VIOLENCIA EN LA SOCIEDAD URUGUAYA

Comenzamos con una pregunta: ¿qué nos ha sucedido? ¿Cómo se fue gestando este odio, esta violencia en los diferentes estratos de nuestra sociedad?
Es cierto que los uruguayos siempre hemos sido apasionados, en la política, en el fútbol, pero no se producían hechos que dejaran un odio insalvable de unos a otros. Existía una cierta política de convivencia que pasado “el momento” volvíamos a nuestra vida en paz.
Hay sociólogos que lo atribuyen a la “globalización”, a la información que reciben nuestros chicos a través de los medios. También se le atribuye a las diferencias económicas, a la existencia del odio hacia el que tiene más. Con respecto a esto último haremos un breve paréntesis. La violencia la hemos visto también entre quienes tienen más, que concurren a los colegios más caros de nuestro país. Esto no contradice lo anterior, pero nos obliga a buscar, más profundamente, los orígenes de este fenómeno.
En el diario El País del día 31/05/10, hay un artículo sobre las cárceles actuales comparadas con las décadas del ‘50 y del ’60. Nosotros agregaríamos que, en el interior de la República, en ese entonces, existían cárceles vacías, sin ningún preso.
Volvemos, entonces a la pregunta del principio: ¿qué nos pasó?
No vamos a negar lo que afirman estudiosos en la materia, pero creemos que existe un factor que ha sido determinante para la explosión que se ha producido: la destrucción de la familia, como tal.
¿Cómo llegó el nazismo, el fascismo y el estalinismo a dominar a las juventudes? Creando jóvenes que actuaban como verdaderos espías y delatores dentro de cada familia.
Los jóvenes son muy propensos a ir en contra de lo establecido y, eso, es de lo que se aprovechan los totalitarismos para establecer en sus cabezas las “nuevas” formas de pensar.
¿Y cómo lo aplicamos a nuestra sociedad?
Luego de la Revolución Cubana, se crearon mitos y, dentro de esos mitos estaba el Che. Él afirmaba “El ODIO como factor de lucha; el ODIO intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una EFECTIVA, VIOLENTA, SELECTIVA Y FRIA MAQUINA DE MATAR. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal. Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total.”
“No demoren las causas, esto es una revolución, no usen métodos legales burgueses; el mundo cambia, las pruebas son secundarias. Hay que proceder por convicción. Sabemos para qué estamos aquí. Estos son una pandilla de criminales, asesinos, esbirros… Yo los pondría a todos en el paredón y con una cincuenta ratatatatata… a todos”. (Ernesto Guevara, 14 de Diciembre de 1.964).
Al cumplirse 40 años de la muerte de Ernesto Guevara, Jorge Rodríguez inauguró, en Venezuela, un “monumento en su honor” y en dicho acto pronunció estas palabras: “Si queremos expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras generaciones, debemos decir que sean como el Ché. Si queremos saber cómo queremos que se eduquen nuestro niños, debemos decir que queremos que se eduquen en el espíritu del Ché…”
Esta forma de pensar se fue adentrando en el espíritu y el pensamiento de nuestros jóvenes, pero no hemos visto a nadie negarlo.
Es cierto que esa “destrucción” de la familia no solo se produce por el efecto antes mencionado, pero es notable ver que, familias de muy humilde posición en el interior profundo de nuestro país, no “contaminadas”, mantienen los valores intactos no profesando la violencia.
Es en ese momento, 1962, que surge en nuestro país el movimiento subversivo que, extrañamente tiene, al comienzo, adeptos casi en todas las filas de nuestra sociedad. ¿Y cuando comenzó a perder adeptos? Cuando comenzó la violencia, las muertes.
Nos interesaría la opinión de expertos en Sociología con respecto a esta teoría

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escelente. Tendrían que leerlo todos los uruguayos, sobre todo lo más jóvenes.