Hay que ser ciego para no ver que el continuo debilitamiento de nuestras fuerzas armadas, no tiene otro objetivo que la creación, a corto plazo, de “milicias populares”. ¿Por qué tanto insistir con la mal dicha anulación de la ley de caducidad? ¿Por qué traspasar personal del Ejército a la Policía? Son solo los pasos previos.
¿Y la OEA?
Un reciente decreto de Hugo Chávez consolidó a las "Milicias Bolivarianas" como parte de las Fuerzas Armadas de Venezuela. Esas milicias son grupos de civiles partidarios del gobierno y dotados de armas "para defender la revolución", es decir, una suerte de guardia pretoriana de Chávez y un instrumento para intimidar a la oposición.
Hace pocos días, miles de milicianos armados desfilaron por el centro de Caracas gritando consignas contra los opositores y llegaron al palacio de Miraflores a presentarle saludos a su jefe. Con la creación de esta nueva rama del ejército integrada por adictos a su régimen, el gobierno de Chávez da un paso más hacia la dictadura ante la alarma de los opositores que se disponen a denunciar la situación ante organismos internacionales. A fines del año próximo habrá elecciones y la coalición opositora teme que las milicias, integradas por más de 100.000 personas, se empleen para enturbiar los comicios o desconocer sus resultados si son adversos al oficialismo.
A todo esto, la Organización de Estados Americanos -tan sensible cuando se trata de condenar a países democráticos como ocurrió hace poco con Uruguay- guarda piadoso silencio. Una actitud que equivale a aceptar la creación de una fuerza paramilitar que tarde o temprano será usada para sofocar al pueblo venezolano. Es que las "Milicias Bolivarianas" fueron creadas a imagen y semejanza de las "Camisas Negras" de Hitler o los "Comités Populares" del coronel Gadafi, ese amigo de Hugo Chávez.
Con tales antecedentes debe esperarse lo peor. La OEA, habilitada por la "cláusula democrática" que la faculta a intervenir allí donde aparezcan brotes dictatoriales, debería actuar de inmediato.
El País Digital
1 comentario:
En este país estamos tan ciegos....
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